Lejos de repuntar, el consumo interno de carne vacuna continúa en caída libre y, de enero a septiembre de este año, se desplomó un 10,5 por ciento en relación al año 2018, ubicándose en un volumen de 50,8 kilos anuales por habitante. Las cifras en los últimos tres años, por lo menos en este rubro, muestran una tendencia cada vez más a la baja que, mes tras mes, se acerca al mínimo histórico de los 50 kilos por año por habitante.

Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra) impulsado por la exportación y por el crecimiento del mercado chino, la faena durante mes de septiembre fue de 1,2 millones de cabezas, lo que registra un aumento del 16,7 por ciento en relación al año pasado. Sin embargo, la situación en el mercado interno es preocupante ya que, mes a mes, se registra que los argentinos cada vez comen menos carne.

A partir del informe, se puede observar que el consumo per cápita de carne vacuna correspondiente a los primeros nueve meses de 2019, equivalió a 50,8 kilos por habitante por año, lo que representó una caída del 10,5 por ciento anual. En volumen de carne, el consumo se desplomó en 6 kilos.

De acuerdo a las estadísticas del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), en últimos diez años el consumo descendió en 18 kilos, tomando como base los 68,7 kilos que los argentinos y argentinas consumían en 2009. Pero ¿por qué? Esta cifra se explica en parte por el avance de las carnes aviar y porcina, potenciada en los últimos tres años por la pérdida del poder adquisitivo del salario.

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