El previsible fallo de la Corte Suprema que inhabilitó la candidatura de Alberto Weretilneck por la reelección en Río Negro reajustó el mapa electoral para los comicios del 7 de abril, donde el oficialismo cree que la caída del mandatario no afectará sus chances, mientras en la oposición sostienen que Juntos Somos Río Negro (JSRN) sí perderá votos.

Weretilneck barajó hasta último momento la idea de que no había Plan B. Pese a los rumores que llegaban desde la Justicia sobre el K.O. a su postulación, mantuvo esperanzas hasta el final. No le alcanzaron los votos de Carlos Rosenkrantz y Elena Highton en el máximo tribunal y especuló con un apoyo extra que consiguieran sus negociadores en la Corte, incluido el peronista Miguel Pichetto. Así, a dos semanas de las elecciones, Weretilneck consagró la fórmula Arabela Carreras-Alejandro Palmieri. Carreras, ministra de Turismo, ascendió de postulante a vice al máximo lugar en la boleta. En lógica geográfica, su pertenencia a San Carlos de Bariloche, principal distrito electoral de la provincia, tuvo un rol clave. También lo es que sea mujer, para no regalar el voto femenino a Lorena Matzen, candidata de Cambiemos. “En un momento surgió un binomio Carreras- Mónica Silva, la ministra de Educación. Es como que querían parecerse a nosotros, que también presentamos una dupla de mujeres”, dijeron desde Cambiemos a este medio, en relación a la fórmula Matzen-Flavia Boschi.

La guerra de damas no es la única que encaran JSRN y Cambiemos. Si bien a viva voz ambas fuerzas declaman que el rival al que deben obstruir es a Martín Soria del FpV, el éxito del oficialismo depende de que se estanque la alianza macrista. Dividen votos, comparten electorado, y una fuga hacia el sello amarillo podría detonar las posibilidades del oficialismo.

Quien pasó del noveno lugar de la lista de diputados al de la vicegobernación es Palmieri, exresponsable de Hacienda de Carlos Soria. Volvió a primar la geografía: Palmieri es de General Roca, pagos donde domina el intendente Martín Soria. Sumar porotos allí también es central para el oficialismo. En el terreno de los simbólico, tanto Carreras como Palmieri fueron dirigentes del riñón de Carlos Soria, el exmandatario asesinado al mes de asumir en diciembre del 2011 y padre de Martín. Alianzas y rivalidades que entremezclan lazos de sangre.

También dicen en la provincia que Palmieri hubiese aceptado la candidatura máxima, pero su negativa hace un año cuando se barajaba una salida elegante de Weretilneck inclinaron ahora el pulgar hacia abajo.

Fuente: Ámbito.com